Rozan hojas con el cabello, vertientes se hacen mareos, estrellas en el cielo brillan sin paragón en el mundo entero. Llegan aires de Febrero, nacen amaneceres sin miedo y rayos queman en una tierra sin hielo. Día a día espero la llamada, nadie se acuerda de la amada, el sufrimiento se hace espada, pero ella solo sabe usar la palabra y fluir la energía anclada.
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